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jueves, 23 de febrero de 2012

VENTA DE COMIDA Y ACCESORIOS PARA NINFAS CAROLINAS



Pájaros

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jueves, 2 de febrero de 2012

OTROS ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS

Un escudo de sepia corriente así como bloques de cal y minerales que se ofrecen el el comercio proporcionaran a los pájaros la cantidad de calcio que necesitan. También se utilizan frecuentemente con este mismo fin las cáscaras de hueso y las conchas de mejillón debidamente molidas.


Al igual que otros muchos animales, las Ninfas/Carolinas cuentan con un instinto que les guía respecto a la clase adecuada y cantidad apropiada de vitaminas que necesitan. Sin embargo, en el mercado existen complementos vitamínicos, que podemos suministrar a nuestro pájaro tras consultar al veterinario o criador experimentado.
Si es preciso valerse de ellos, únicamente deberemos hacerlo durante los meses de invierno. Procede destacar que una sobredosis a este respecto constituye un peligro. el cual puede traducirse en una muda prematura si la administración de los suplementos vitamínicos de hace de un modo inadecuado.


Dado que los pájaros carecen de dientes, necesitan algo para triturar sus alimentos antes de que éstos sean adecuadamente digeridos. Esta necesidad vital la cubren las Ninfas/Carolinas con el cascajo, el cual queda almacenado en la molleja del pájaro una vez ingerido. La actuación desarrollada a través de la contracción y expansión de los tejidos musculares de la molleja, combina con los gránulos de cascajo, hacen posible la trituración de los alimentos, de forma que puedan penetrar en el estómago y ser digeridos adecuadamente. Se infiere, por tanto, que es de capital importancia el que nuestra Ninfa/Carolina disponga no sólo de un escudo de sepia sino también de una cantidad adecuada de cascajo pues ambos no sólo proporcionan los minerales requeridos sino también los oligoelementos necesarios.
El cascajo debe depositarse en un recipiente separado colocado en el suelo de la jaula o pajarera y complementarlo con cantidades adicional es cuando las circunstancias lo requieran. Transcurridos unos dos meses, debe procederse a limpiar el recipiente y llenarlo otra vez.


La cal es necesaria, tratándose de Ninfas/Carolinas, para que puedan mantener su pico en estado sano y esta condición se cumple simplemente con la presencia de un escudo de sepia, no obstante se puede complementar con una piedra mineral con almejas trituradas.
Esta cuestión resulta especialmente importante durante la época de cría ya que el calcio es indispensable para la formación apropiada de la cáscara de los huevos.
Conviene recordar que la presencia de polluelos hará que la utilización del escudo de sepia así como la piedra mineral incremente casi el triple con relación a períodos normales. Señalemos, por ultimo, que estos complementos vienen dotados de un clip de fijación a la jaula, cabe encontrarlos habitualmente en nuestro establecimiento especializado de animales de compañía.

Las necesidades alimentarias de las Ninfas/Carolinas en una pajarera son las mismas que las de un solo ejemplar instalado en una jaula. Debe dársele de comer una vez al día, ya sea por la mañana temprano o al caer la tarde. Los recipientes utilizados para tal fin deben situarse alejados de debajo de cualquier percha o palo para evitar contaminaciones y, al igual de ser pesados y poco profundos al objeto de que no puedan ser volcados con facilidad.
Los pájaros algunas veces se pelean a la hora de la comida, por lo que constituye una buena idea colocar varios recipientes en diferentes puntos de la jaula o pajarera al objeto de que varios pájaros puedan comer al mismo tiempo sin interferirse mutuamente.
Algunos criadores y poseedores de Ninfas/Carolinas han construido baterías portátiles de comederos, que pueden introducirse en el resguardo y retirarse de el en función de cual sea el tiempo atmosférico.
Añadamos que es además conveniente que dispongan de bandejas deslizantes para facilitar su limpieza. Los estantes utilizados para disponer en ellos los recipientes de comida deben sostenerse mediante tubos metálicos al objeto de que los ratones u otros roedores no puedan llegar hasta dichos recipientes en el caso de que consigan entrar en la pajarera.



ALIMENTOS VERDES Y FRUTAS

Deben asimismo complementarse las semillas con diversos alimentos verdes y ciertas variedades de frutas. Cuando es época de ello, a los pájaros les gustan las zanahorias, las peras y las manzanas así como algunas bayas tales como el escaramujo, la serba y la oxiacanta.


Entre los alimentos verdes cabe citar el berro, los guisantes, el maíz todavía sin madurar, el llantén, el almorejo, el cardo , la pamplina, el diente de león, las hojas de zanahoria, la hierba cana, la lechuga y las espinacas.
Las pepitas de girasol todavía sin madurar constituyen un manjar que goza de gran preferencia. Dado que los alimentos verdes sólo deben ser ingeridos por los pájaros cuando son frescos, asegurémonos de que las partes no comidas son eliminadas todos los días. Fuera de temporada, los sustitutivos de los alimentos verdes incluyen semillas germinadas, tales como girasol o avena. La cantidad requerida  de esta clase de comida debe mantenerse sumergida en agua durante 24 horas, después someterla a un intenso enjuage y dejarla durante otras 24 horas hasta que comience a germinar. No ofrezcamos, sin embargo, una cantidad excesiva de este alimento. Si se hallan en período de desarrollo, cabe complementar su dieta con pan blanco empapado de agua. Existe una amplia variedad de alimentos comerciales a los que se puede recurrir para conseguir un crecimiento equilibrado de los pájaros (señalemos que muchos de estos alimentos precisa humedecerlos antes de que puedan ser ingerido por los pájaros).
También podemos ofrecerles ramas recién cortadas de avellano, sauce o frutales.




LA PAJARERA EXTERNA

Para la cría, muchos poseedores de pájaros construyen una pajarera externa. Quien de ellos cuenta con la habilidad necesaria a tal fin puede construirla con sus propios medios mientras que el principiante que dispone del espacio y el dinero necesarios pueden contratar los servicios de una firma especializada para que le construyan la instalación. En cualquier caso, una pajarera de dimensión apropiada probablemente será lo suficientemente grande como para exigir la obtención de un permiso de la autoridad municipal. Procede tener en cuenta asimismo que junto con algunas estructuras y componentes adicionales resultan necesarias, para las pajareras de carácter externo, la mayoría de las exigencias ya detalladas para otros tipos de alojamientos pero teniendo en cuenta que, tratándose de una instalación externa, su importancia es mayor debido a que también es más grande el espacio implicado.
Otro punto a considerar es que dado que un grupo de Ninfas/Carolinas puede llegar a ser extremadamente ruidoso, cabe que resulte necesaria la obtención de permisos especiales en función de los condicionamientos urbanísticos de la vecindad en que vivamos. Si nuestros vecinos no son aficionados a los pájaros es posible que nos veamos abocados a algunos problemas si nuestros animales son fuente de constante algarabía. Asegurémonos, por tanto, de que no vamos a tener dificultades por los motivos indicados antes de iniciar la construcción de una pajarera al aire libre.
Siempre existen alternativas muy atractivas de pajareras al aire libre, como vemos en la siguiente imagen.


La condición inicial importante para la instalación de una pajarera externa es disponer de un emplazamiento adecuado. Al igual que ocurre en el caso de instalaciones de menor tamaño, es de todo punto necesario encontrar un lugar que no se halle expuesto en exceso a los rayos solares o a un viento constante. La sombra que proyecta a mediodía una primera consideración ideal para la instalación de la pajarera. En cuanto a la dimensión, esta viene determinada, como es natural, por el espacio de que se dispone.
Si éste no mide por lo menos 300x180x210 cm., la pajarera que deseamos instalar no es probablemente una buena idea. La dimensión indicada es adecuada pero si pudiéramos contar con un espacio de 900x300x360 cm. ello sería probablemente mejor e ideal. Con esta clase de pájaros la regla empírica a aplicar es a menudo la de "cuanto mayo, mejor".
Los establecimientos en los que se expende material de jardinería, las ferreterías y otros comercios de tipo similar podrán proporcionarnos todo aquello que nos hará falta si es nuestra intención construir por nosotros mismos la pajarera. La básica de tipo externo debe contar con un área de vuelo y un resguardo. El armazón principal del área de vuelo, así como el resguardo, puede construirse valiéndose de madre dura, ángulos de hierro o tubos galvanizados. El suelo puede ser de tierra o de cemento recubierto con una capa de arena. Si se opta por el de tierra, deberá estar rodeado en todo su perímetro por un muro aislante a base de ladrillos o de chapa metálica, el cual deberá penetrar profundamente en el suelo y asimismo sobresalir de él objeto de impedir que las serpientes y los roedores puedan penetrar en el recinto. Muchos expertos recomiendan el uso de suelos de cemento, los cuales a menudo presentan ligera inclinación para facilitar un perfecto drenaje.
Estos suelos son excelentes desde un punto de vista sanitario. Otros, en cambio, consideran que los suelos de tierra son mejores para el bienestar general de los pájaros.


Si nos inclinamos por un suelo de tierra deberemos tener en cuenta la sugerencia de algunos expertos según la cual conviene rastrillar los restos de comida, a los que habremos añadido algunas semillas, para que penetren en el suelo. En un plazo de tiempo relativamente breve harán aparición pequeños brotes que proporcionarán un suplemento alimenticio rico en vitaminas a las aves. Dado que la Ninfa/Carolina es básicamente un pájaro que come en el suelo, muchos expertos recomiendan encarecidamente suelos de tierra.
Aparte de ello, hay que tener en cuenta que las Ninfas/Carolinas se sentirán más seguras en sus vuelos si a lo largo del perímetro de la pajarera crecen algunas plantas herbáceas de baja altura.
Si nuestra elección se inclina por un suelo de cemento sin presencia de arena o cualquier otro recubrimiento, probemos a incluis una artesa u otro recipiente parecido en un punto situado al lado opuesto del resguardo, rellenémoslo con tierra o arena, añadamos semillas de alguna verdura o hortaliza y procedamos a regarlo todos los días. Poco tiempo después harán su aparición las plantas y con ello dispondremos de una fuente adicional de alimentación para nuestros pájaros. Las pequeñas partículas de tierra que ingerirán junto con las hojas les ayudarán a digerir la comida. La artesa o recipiente elegido debe ser objeto de un cuidado diario por lo que a la adición de nuevas semillas respecta ya que los pájaros se comerán las plantas que vayan apareciendo en un muy breve periodo de tiempo.
Las perchas que se instalen en la pajarera deben colocarse en los laterales del área de vuelo al objeto de que no obstruyan en ya de por sí limitado espacio disponible. No constituye una buena idea incluir perchas basculantes pues se ha podido comprobar que puedes ser causa de lesiones en los ejemplares jóvenes como consecuencia de movimiento imprevistos. La colocación continuamente renovada de ramas verdes debidamente fijadas al suelo es un aspecto que no debe descuidarse pues a los pájaros les complace sobremanera arrancar la corteza y roer la madera que se encuentra debajo. Las ramas de eucalipto gozan, a este respecto, de gran preferencia ya que se trata de un árbol de presencia muy frecuente en su hábitat natural.


El resguardo de la pajarera sirve básicamente para la protección de los pájaros cuando hace mal tiempo. Dependiendo del clima que predomine en el sector en que vivamos, el resguardo puede ser total o parcialmente cerrado. En los puntos en los que domina un clima frío puede resultar aconsejable disponer de un sistema de calefacción. En realidad las Ninfas/Carolinas pueden sobrevivir a bajas temperaturas siempre y cuando no se hallen expuestas a corrientes de aire pero en condiciones extremas cabe que un sistema de calefacción constituya una necesidad.

Las cubiertas de los resguardos a menudo se construyen de planchas de maderas o de hierro acompañadas de material aislante. Debe incluirse en el resguardo una percha colocada a una distancia máxima de 60 cm. del techo. El suelo del resguardo debe asimismo contar con una capa de gravilla o arena, la cual sirve para vigorizar las uñas y los pies de los pájaros.

También es necesario construir un pasadizo en torno a la pajarera de modo que no sólo nos permita llegar hasta nuestros pájaros sino, además, impedir cualquier ruta de escape. La alimentación como mejor puede llevarse a cabo es mediante la instalación de estantes situados directamente sobre puertas de entrada de bajo perfil. Dado que los pájaros son los que mejor conocen cual es el momento idóneo para sus ejercicios de vuelo debe disponerse una abertura que permita un acceso continuado de las Ninfas/Carolinas desde el resguardo al área de vuelo y viceversa.

EL EMPLAZAMIENTO DE LA JAULA

También de gran importancia es el emplazamiento de jaula de nuestra Ninfa/Carolina en el hogar. Conviene recordar a este respecto que se trata de un pájaro que precisa de un local bien iluminado, que este libre de corrientes de aire y se halle bien ventilado. Asegurémonos además de que no quedará expuesta a los rayos directos y fuertes del sol durante prolongados periodos de tiempo. Si se cuenta con una habitación en la que nos gusta permanecer cómodamente instalados durante largas horas, entonces, éste es probablemente el lugar ideal para instalar la jaula de la Ninfa/Carolina.


A través de las múltiples generaciones en que ha permanecido en cautividad, son muchas las Ninfas/Carolinas que han desarrollado un plumón que no es tan tupido ni protector como el de sus congéneres que viven en el campo. Es por este motivo que la jaula debe estar instalada en un punto que no se halle expuesto a las corrientes de aire ya que una Ninfa/Carolina sometida de un modo persistente a su acción puede resfriarse fácilmente y es posible que muera a consecuencia de ello.

En el campo se ha observado la presencia de Ninfas/Carolinas que viven sin experimentar problema alguno en puntos cuya temperatura oscila entre 5 y 43 ºC a la sombra. Las mantenidas en cautividad como mejor se desenvuelven es con temperaturas en 5 y 10 ºC durante la noche y entre 18 y 26 ºC durante las horas diurnas. Evitemos, sin embargo, que nuestro pájaro se vea expuesto a fluctuaciones repentinas de temperatura.

A las Ninfas/Carolinas les gusta mostrarse sociables, por cuyo motivo nunca debemos instalar su jaula en habitaciones solitarias en las que no cuenten con la oportunidad de mantener contacto con personas sobre una base regular. Teniendo esto bien presente asegurémonos, asimismo, de que la jaula se encuentra instalada de modo tal que al pájaro le resulte posible ver a quien quiera que se le aproxime.
Conviene recordar, en todo momento, que se asustan fácilmente y que por tal motivo debemos evitar colocar la jaula en las proximidades de una puerta a través de la cual pueda entrar alguien de forma repentina.
De hecho, estas presencias súbitas pueden dar lugar a un estado de nerviosismo y tensión en el pájaro.
Aun cuando son muchos los poseedores de pájaros que cubren su jaula durante la noche, tal proceder no resulta necesario en el caso de las Ninfas/Carolinas ya que a estas les gusta observar cuanto acontece en la habitación así como e regreso creciente de la luz del día a primeras horas de la mañana. Si tenemos la intención de organizar una fiesta que dé lugar a que la habitación donde se encuentra la Ninfa/Carolina vaya a quedar llena de gente, constituye una buena idea cubrir la jaula o, si resulta posible, trasladarla a otro punto en que la conmoción sea menor.


Muchos poseedores de pájaros sacan a éstos al aire libre dentro de sus jaulas durante unas pocas horas al día cuando llegan los meses cálidos. Si es éste nuestro deseo, asegurémonos de que no se hallan presentes otros animales de compañía, tales como perros o gatos, en la vecindad pues podrían asustar a nuestro pájaro. Si hay otros animales, lo prudente es suspender la jaula de la rama de un árbol o de un tendedero, en alto. Asimismo no dejemos de comprobar que el fondo de la jaula y las puertas se hallan firmemente sujetas cuando llevemos a cabo estas salidas al exterior pues aun cuando le hayamos recortado las alas para siempre existe el peligro de que se escape.

Algunos de los poseedores de Ninfas/Carolinas que cuentan con la habilidad necesaria y el espacio suficiente construyen una pajarera dentro de un local. Esto no se hace, generalmente, para que en ella habite un solo ejemplar y a que éste puede desenvolverse perfectamente en una jaula de menores dimensiones. Sin embargo, si se dispone de espacio y el aficionado a los pájaros muestra inclinación a construir una pajarera, el vivir en ella constituye una fuente de placer para cualquier Ninfa/Carolina. Un garaje, un cobertizo o una buhardilla son todos ellos excelentes lugares para la instalación de una pajarera con tal que concurran las mismas condiciones exigidas para las jaulas de menor tamaño que se instalan en el interior del hogar.
La pajarera debe contar con buena iluminación, ser muy espaciosa, hallarse alejada de cualquier corriente de aire y no estar sujeta a fluctuaciones drásticas de la temperatura normal.

Comercialmente se dispone de pajareras que se ofrecen bajo múltiples y atractivos diseños pero a un poseedor de pájaros que sea mañoso le resultará posible construir una tipo interno y totalmente adecuada para sus fines valiéndose para ello de materiales sencillos que puede encontrar fácilmente en la mayoría de ferreterías o establecimientos de bricolaje. La tela metálica y los listones de madera constituyen los materiales básicos, debiendo recordar una vez más que los recipientes destinados a la comida deben situarse en puntos alejados de las perchas y palos.
La mayoría de la pajareras de tipo interno cuentan con un estante especial para la comida situado a medio camino entres el suelo y el techo. limpiar una pajarera de este tipo puede constituir una labor compleja ya que, en su mayoría, aprovechan el suelo de la propia habitación en que se hallan instaladas. Conviene barrerlas siempre que sea necesario. Digamos por último que habitualmente la puerta de acceso a una pajarera interna se construye a baja altura.


UTENSILIOS PARA LOS ALIMENTOS

La mayoría de las jaulas que podemos adquirir en el establecimiento especializado de animales de compañía ya vienen equipadas con los apropiados recipientes para contener el agua y la comida.
Es posible, no obstante, que debamos proceder a efectuar algunas sustituciones al objeto de ajustarlas a las necesidades específicas de nuestra Ninfa/Carolina ya que estos pájaros acostumbran a comer en lo alto y con comederos abiertos.


La comida y bebida pueden depositarse en recipientes pesados y con sujeción. Siempre teniendo en cuenta que no pueden estar situados directamente debajo de las perchas o palos para evitar que se produzcan contaminación a través de las deposiciones.

PERCHAS

La mayoría de jaulas vienen dotadas de una o varías perchas pero muchos expertos recomiendan encarecidamente que proceda a sustituirlas por otras de madera natural que midan alrededor de 2 cm. de diámetro y estén cortadas de un avellano, un sauce o árboles frutales. Asegurémonos, además, de que las ramas utilizadas provienen de árboles que no han sido tratados con productos químicos. Dado que a los pájaros les gusta mucho roer, la madera existente debajo de la corteza de dichas ramas no sólo les proporcionara vitaminas sino que su perfil irregular también contribuirá a proporcionar ejercicio a sus pies. Estas ramas deberán ser sustituidas tan pronto como aparezcan muy desgastadas como consecuencia de la actividad roedora del pájaro.



Palo para sentarse, de forma de Y. Madera natural.
El pájaro puede picar este palo robusto de madera natural. Le ofrece al pájaro una sensación natural al estar sentado. El diámetro mide entre 1,5 cm./2,5 cm., lo cual es variable pues se trata de un producto de madera natural.


Palos de cemento para uñas cuidadas y afiladas. Evitan atrofia y artritis en la patas. También son muy útiles para limpiar el pico.
Características del Palo:
  • De cemento.
  • Cuidan las uñas.
  • Limpian y afilan el pico.
  • Diferentes resistencias en el agarre.
  • Evitan atrofia y artritis en las patas.
  • Confort y seguridad para pájaros jóvenes y para parejas.

ALOJAMIENTO DE NUESTRA NINFA/CAROLINA

La adquisición de un animal de compañía nunca constituye un hecho aislado pues, a parte del animal en sí, hemos de estar preparados para la compra de todos los accesorios que el mismo va a necesitar para poder sobrevivir en nuestro hogar. En el caso de las Ninfas/Carolinas, la compra complementaria más importante, entre las que tendremos que hacer, se halla constituida por la jaula.


Dado que existen consideraciones totalmente diferentes entre las que deberemos efectuar si contamos con más de un pájaro o si adquirimos ejemplares como animales de compañía o para destinarlos a la cría, partiremos del supuesto, por el momento, de nuestra decisión se circunscribe a un solo ejemplar de Ninfa/Carolina destinado a ser animal de compañía.

Dos cosas importantes que debemos tener en cuenta son el estilo de la jaula y su eventual emplazamiento en nuestro hogar. Aun cuando han estado en cautividad durante muchas generaciones, las Ninfas/Carolinas todavía siguen siendo seres vinculados al campo, lo cual supone que gozan y necesitan de los espacios abiertos. Se adaptan perfectamente a la cautividad pero necesitan contar con un espacio adecuado a sus necesidades. La selección y el emplazamiento de una jaula es, por dicho motivo, de vital importancia para el bienestar futuro de nuestra Ninfa/Carolina.

Las jaulas destinadas a las Ninfas/Carolinas deben ser amplias y las que se utilizan para las variedades de mayor tamaño de los loros constituyen, por regla general, una excelente elección. También las que se destinan a los grandes periquitos. Cuanto menor sea la jaula, más ejercicio diario bajo forma de vuelo necesitara nuestro pájaro, debidamente supervisado, fuera de ella.
No importa cuan grandes las jaulas individuales puedan ser, si se hallan confinadas en una de ellas, las Ninfas/Carolinas siguen teniendo necesidad de contar con la oportunidad de extender sus alas. Estas sesiones de vuelo deben ser objeto de estrecha supervisión ya que es un hecho reconocido que las Ninfas/Carolinas pueden causar considerables desperfectos con sus poderosos picos y fuertes garras.
La jaula perfecta para la Ninfa/Carolina debe ser totalmente metálica. Resultan mucho más fáciles de limpiar y además son lo suficientemente robustas como para resistir el instinto roedor de tales pájaros.
La limpieza se ve además apreciablemente facilitada si la jaula cuenta con un fondo de plástico deslizante, el cual se cubre con tierra especial que para dicho fin se expenden en los comercios de animales de compañía.
Dado que las Ninfas/Carolinas son pájaros muy aseados, cabe que no sea necesario limpiar el fondo de la jaula todos los días. Aproximadamente tres veces por semana, todo lo que necesitaremos hacer es retirar el recubrimiento del fondo y sustituirlo por otro limpio. Sin embargo, si detectamos que nuestro pájaro tiene ácaros, debemos limpiar la jaula sumergiéndola en un gran recipiente lleno de agua en la que habremos añadido un germicida doméstico y frotándola con energía con ayuda de un cepillo metálico. Asegurémonos de que se halla completamente seca antes de introducir de nuevo el pájaro en ella.


La jaula debe medir por lo menos 60 cm. en cualquier dirección, permitiendo a nuestra Ninfa/Carolina volar en su interior sin miedo a que sus alas o su cola choquen con los barrotes metálicos durante el vuelo.
Por lo menos dos de las caras de cualquier jaula que elijamos deben tener barrotes horizontales.
Debe tenerse en cuenta que a las Ninfas/Carolinas les gusta trepar y esta práctica resultaría imposible llevarla a cabo si todos los barrotes fueran verticales, ya que éstos no ofrecen una posibilidad de sujeción sólida. Existe además cierto peligro si la jaula no cuenta con barrotes horizontales pues lo pájaros tratarán de trepar independientemente del sentido de los barrotes.
A destacar asimismo el hecho de que los pájaros cabe que introduzcan la cabeza entre los barrotes verticales y, al no poder disponer de un punto de sujeción, acabes estrangulándose a sí mismos.

¿QUÉ DEBEMOS BUSCAR EN UNA NINFA/CAROLINA ?

Observar la actividad de un pájaro dado durante una media hora nos proporcionara la información superficial suficiente para determinar cuál es su estado de salud. Si el pájaro que atrae nuestra atención permanece durante largos periodos de tiempo posado inmóvil en una percha o si se muestra letárgico, ello constituirá un indicio de que probablemente tiene problemas de salud.
Una Ninfa/Carolina sana se mostrara muy activa y la veremos alisarse el plumaje, comer y con aspecto de gozar de la existencia. Si lo que ocurre es todo lo contrario, observemos con atención y de cerca su plumaje. Este debe ser lustroso y suave y aparecer pegado al cuerpo, no ahuecado. El pájaro debe mantenerse posado en su percha en actitud erguida y vivaz.
Si observamos que esconde la cabeza debajo del ala, lo ás probable es que no se sienta bien.

Examinemos los ojos del animal. Si su aspecto es claro y limpio, normalmente esto supone que esta sano. En cambio, si su mirada es abotargada, acuosa o vidriosa, ello constituye un indicio bastante fiable de que se encuentra enfermo o a punto de estarlo. Si su nariz acusa un gran flujo de mucosidades y si hay abundancia de deposiciones líquidas en su jaula, elijamos a otra Ninfa/Carolina. Demos una mirada asimismo a sus pies y a sus uñas. Si nos apercibimos de alguna anormalidad, este pájaro no es probablemente el que debemos elegir.

La mayoría de quienes van a ser poseedores de un pájaro por primera vez quieren adquirir un ejemplar joven por una diversidad de razones. En primer lugar contaran con un periodo de tiempo potencial más prolongado para gozar de su presencia como animal de compañía si se trata de un pájaro recién salido del nido. En segundo lugar un ejemplar joven resulta más fácil de adiestrar, dado que ha dispuesto de menos tiempo para que lo haya sido por otros o para que lo haya sido por otros o para adquirir hábitos ya enraizados.

Existen algunos expertos en Ninfas/Carolinas que estiman que estas sólo deben ser adquiridas por parejas; sin embargo, un número igual de otros expertos consideran que no surgirá problema alguno de la cría y adiestramiento de un pájaro aislado. De hecho, muchos de los pertenecientes a este segundo grupo creen que una Ninfa/Carolina aislada resultara ser un mejor animal de compañía.


Si la edad de nuestra Ninfa/Carolina constituye un punto a considerar, nuestro establecimiento especializado nos ayudara a determinar la edad aproximada de cualquier ejemplar en que hayamos puesto los ojos.
En algunos casos, el criador es probable que disponga de un historial completo en el que conste la fecha de nacimiento del pájaro y su estado de salud. Si no es así, cabe que cuente con algunos ejemplares adultos que nos permitan establecer comparaciones con relación al tamaño, el color, la constitución, etc...
Las Ninfas/Carolinas muestran tendencias a volverse más rechonchas a medida que pasan los años, lo cual significa que los ejemplares jóvenes tienen una figura más estilizada que sus padres. Al nacer y hasta tres meses después, el pico de los pájaros es de tonalidad rosada para volverse gris después. Ésta es otra forma de estimar la edad aproximada del pájaro.

Asimismo tenemos que los ojos de los ejemplares jóvenes recién salidos del nido todavía son de color negro y con un círculo de tonalidad más clara en torno al iris. En el caso de las Ninfas/Carolinas de color gris, es decir la tonalidad estándar, algunos machos pueden ser identificados con facilidad debido a que el plumaje de color amarillo intenso de la cabeza hace su aparición más pronto. Sin embargo, procede subrayar que esta técnica de identificación sexual no es de una absoluta precisión. añadamos asimismo que algunos rasgos de la personalidad, presentes incluso en estos ejemplares jóvenes, pueden constituis un factor determinante en la selección del que nosotros deseamos como compañero. Si el pájaro se muestra algo tímido, cabe que encierre un mayor potencial como animal de compañía, ya que los de carácter más osado resultan más independientes y se muestran más resistentes a cualquier intento de adiestramiento.

Se ha conseguido un éxito igual en el adiestramiento de ejemplares macho y ejemplares hembras. Tampoco se percibe ninguna dificultad apreciable en la domesticación de uno u oto sexo en enseñarles a hablar. Tanto en un caso como en otro cabe afirmar que constituyen unos excelentes pájaros de compañía.
Algunas personas cabe que muestren inclinación por un ejemplar ya adulto que haya sido objeto de adiestramiento. En tales circunstancias, y si es este nuestro caso, es posible que nuestro criador especializado se halle en condiciones de satisfacer nuestros deseos.
Conviene subrayar, sin embargo, que las precauciones relativas al detallado examen del pájaro que vamos a adquirir resultan todavía más cruciales en tales casos, que cuando la compra la efectuamos a un criador.
A este respecto cabe señalar que tales criadores a menudo garantizan el nivel de salud de sus animales y no ponen inconveniente alguno a sustituirlo por otros si el cliente no se siente satisfecho. En resumen, antes de proceder a la adquisición de cualquier animal de compañía, asegurémonos de que hemos entendido claramente las garantías que se nos ofrecen.
Los precios de los pájaros varían considerablemente de un país a otro debido a factores económicos así como a la rareza que concurre en ciertas variaciones de color de unos determinados ejemplares de Ninfas/Carolinas.
También, como es lógico, como resultado de la ley de la oferta y la demanda. Los compradores potenciales de un animal de compañía harán bien en esforzarse para actuar de un modo inteligente, tomando en consideración las variaciones del precio junto con el estado de salud y los rasgos apreciables en la personalidad de los pájaros que son objeto de su observación. Al mismo tiempo, debemos tener muy en cuenta el cuidado del propio cuidador (comida de calidad a la hora de la crianza, cuidados generales de salud, prueba de sexaje en laboratorio, etc...).
Todos estos factores deben ser sopesados cuidadosamente por quien tiene intención de comprar un pájaro.


Con relación al color debemos señalar que el tipo más corriente de Ninfa/Carolina es el que presenta un plumaje de "tonalidad silvestre", lo cual supone que en él predomina el gris, es decir, el color que en su gran mayoría tienen estos pájaros en su país de origen, osea en Australia.
Desde la época en que comenzaron a vivir en cautividad, la cría selectiva ha dado lugar, como es lógico, a una seria de mutaciones que se han traducido en una amplia gama de variedades de colores. La rareza de algunos de ellos, entre los que cabe destacar el blanco, el amarillo, el canela, etc... a menudo supone un factor determinante a la hora de establecer el precio.
Una vez más cabe destacar que las diferentes variedades de color y su disponibilidad es circunstancia que varía de un punto a otro. Sea como fuere, la elección del criador todavía sigue siendo la respuesta al deseo de encontrar el pájaro que pretendemos adquirir al precio más razonable.
Existen, además de los expuestos, otros factores que deben tenerse en cuenta si lo que buscamos son Ninfas/Carolinas para destinarlas a la cría, factores de los que nos ocuparemos más adelante.

LA ELECCIÓN DE NUESTRA NINFA/CAROLINA

Aun cuando la población de Ninfas/Carolinas en Australia es enorme, existe una prohibición completa y total de exportarlas. Sin embargo, en muchos países es dable adquirirlas acudiendo a un criador especializado. La disponibilidad acostumbrada a ser la adecuada si bien, en determinadas épocas del año, cabe que se produzca cierta escasez debido a una elevada demanda o a otras circunstancias imprevistas.

Los criadores de animales de compañía se muestran generalmente satisfechos de poder incluir en una lista de espera los nombre de poseedores potenciales de Ninfas/Carolinas para que éstos puedan disponer de su pájaro tan pronto como las existencias se encuentren de nuevo a un nivel aceptable.


Dado que ellos son los expertos, los criadores de animales de compañía se esfuerzan en mantener los pájaros en condiciones óptimas de salud. Procede destacar, no obstante, que las Ninfas/Carolinas son pájaros extremadamente adaptables que se mantienen sanos y fuertes en su mayoría. Si un ejemplar sufre alguna enfermedad, el criador no lo ofrecerá para la venta hasta que se haya recuperado. Sin embargo, antes de proceder a su adquisición siempre constituirá una buena medida el observar personalmente, con sumo cuidado y de cerca, cualquier animal en el entorno del establecimiento que lo ofrece.

Las Ninfas/Carolinas gozan de la reputación de ser unos pájaros muy sociables. No bastante, conviene recordar que al igual que ocurre con la mayoría de pájaros y otros animales de reducido tamaño, se asustan con facilidad. Por ello, cuando examinemos a nuestros animales de compañía potencial por primera vez, asegurémonos de que nos ha visto mientras nos acercábamos a él. No nos aproximemos sigilosamente. Movámonos con lentitud y no hagamos ningún movimiento brusco o ruidos fuertes. Hablar con suavidad y silbar constituyen técnicas de tranquilización que se utilizan en el adiestramiento y domesticación de las Ninfas/Carolinas.
Hacemos pues mención de esta circunstancia por cuanto el hablar con suavidad a los pajaros a medida que nos acercamos a ellos por primera vez y el silbar mientras los observamos muy de cerca contribuye a tranquilizarlos. De hecho, si el pájaro se asusta o sobresalta, no conseguiremos hacernos una idea precisa de su personalidad y de sus reacciones respecto a los seres humanos

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS


La Ninfa/Carolina es reconocible por la coloración específica de su cabeza.
Los machos adultos presentan, en dicho punto, una brillante tonalidad amarilla con una mancha blanca en el centro, todo ello complementado por un penacho largo y ahusado también de color amarillo.
Un rasgo muy destaco es el de las manchas anaranjado brillante y situadas inmediatamente debajo de sus ojos de tonalidad ébano o castaño irisada.
Las coberteras superiores de la cola y la rabadilla son de color gris plateado mientras que las inferiores son de tonalidad tan oscura que a menudo resultan prácticamente negras. El pico y los pies son grises. El macho adulto es de constitución más rechoncha que el ejemplar joven y con frecuencia cuenta con un penacho ligeramente abatido.


En su hábitat natural acostumbra a ser habitual (pero no siempre tratándose de miembros de la familia de los loros), el que las hembras no presentan una coloración tan brillante como los machos. Sin embrago, en el caso de las Ninfas/Carolinas las diferencias en este punto no son totalmente obvias, lo cual supone que se requiera un examen cuidadoso para determinar el sexo de algunos ejemplares.
Por regla general, las hembras cuentan con una mayor superficie de grises en la cabeza y presentan unas bandas amarillas en el reverso de la cola.
También se caracterizan, algunas veces, por una coloración amarilla adicional en torno a los ojos, la frente y en la parte inferior de la garganta, y asimismo resulta apreciable la presencia de un moteado amarillo en sus alas.
Estas identificaciones respecto al color varían ampliamente ya que existe una profusa cría selectiva en la Ninfas/Carolinas, específicamente por lo que al color respecta.

Los ejemplares jóvenes guardan gran semejanza con las hembras y por lo común no cabe identificarlos sexualmente hasta que no han llegado a los seis meses de edad. Los machos, en dicho punto, desarrollan generalmente su característica coloración amarilla en la cabeza pero el proceso completo no se finaliza hasta alcanzar la edad adulta o tener por lo menos un año. Los penachos de los ejemplares jóvenes se mantienen casi constantemente erectos. También sus picos son de tonalidad más pálida y su plumaje más suave que el de los adultos. Sus pies son de color más bien rosado en contraposición al gris que caracteriza a los de los adultos. A la edad aproximadamente de tres meses, el pico de una Ninfa/Carolina comienza a oscurecerse después de pasar por una etapa en que el color era grisáceo. Al nacer, los picos son de tonalidad rosada.


Las Ninfas/Carolinas adultas generalmente miden de 25 a 33 cm. desde la parte superior de la cresta hasta el extremo de la cola. Pueden vivir de 15 a 25 años.
En su hábitat natural se ha podido observar que se alimentan de semillas de diversas plantas herbáceas nativas, así como de las hojas de arbustos y árboles, bayas y frutas diversas, semillas de acacia, bayas de muérdago, mijo, etc. Toman sus alimentos en el suelo con preferencia a posadas en los árboles, utilizando sus colores naturales para pasar desapercibidas.

Los aborígenes de Australia han venido cazándolas desde tiempos remotos para utilizarlas en su alimentación y también han aprovechado sus huevos con el mismo fin. La primera noticia llegada a Europa sobre la existencia de tales pájaros provino de los naturalistas que entraron a formar parte de la expedición del capitán James Cook cuando éste viajó hasta llegar a las proximidades de la costa éste de Australia en 1770.
Los ejemplares capturados durante este y otros viajes jamás fueron documentados con una precisión científica completa paro descripciones posteriores provenientes de los archivos del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra, parecen indicar que algunos de los pájaros eran realmente Ninfas/Carolinas tal como las conocemos hoy en día.
Hacia finales del siglo XVIII, el científico Gmelin hizo mención de "cotorras de cola cuneiforme" y de "periquitos cotorra" en su obra Systema Naturae, lo cual obviamente débese al acusado parecido de la Ninfa/Carolina con la cotorra.


Aun cuando no existe una documentación completa al respecto, la primera cría de Ninfas/Carolinas en cautividad coronada por el éxito fue conseguida en Alemania a mediados del siglo XIX y fue el Zoológico de Londres quien dio conocimiento de este éxito en 1863 tras la publicación de detallados informes sobre la cría de estos pájaros por Leuckfeld en 1858. Estos informes contribuyeron a que las Ninfas/Carolinas se convirtieran en pájaros bien conocidos en diversos parques zoológicos y pajareras privadas a través del mundo.

No fue hasta 1839 que se publicaron en Europa informes sobre las Ninfas/Carolinas como pájaros silvestres. Tales informes provinieron de John Gould, e famoso naturalista británico, el cual no sólo tuvo ocasión de observar las presencia de grandes bandadas en la parte oriental de Australia sino que además tomó buena nota de muchas características que actualmente constituyen conocimientos corrientes, incluida su forma de vuelo, sus hábitos en la búsqueda de comida y sus costumbres a la hora de la cría.

La Ninfa/Carolina se desplaza en línea recta y se posa dejándose caer; el descenso, sin embargo, lo detiene extendiendo las alas poco antes de entrar en contacto con el suelo.